0

Maca, un restaurante y un hasta pronto…

Hace tiempo que no escribo y todo es por una razón “El restaurante Casa Lucar”. Podréis adivinar qué tal nombre se debe al acrónimo de Luís y Carmen, los dueños del mismo y padres de Juan, el amigo de Roberto que nos dio la oportunidad de venir a Segovia y contar con un trabajo, algo muy complicado en los tiempos que corren.

Llevamos instalados en nuestro nidito de amor un mes y todo marcha ¡viento en popa y a toda vela!. Conocer mejor a Roberto ha sido un regalo, atrás quedaron su ex mujer y su trabajo como striper, ahora solo me dedica bailes sexys a mí.

El tema “Javier” también ha sido resuelto, me llamó hace un par de semanas porque necesitaba desahogarse y lo hizo tan a gusto que se me declaró, no con intención de que dejara a Roberto por él, pero sí para decirme que aquella noche en la que llevaba encima unas copitas de más, no me dijo ninguna mentira, se estaba enamorando de mí. Ahora está viéndose con una chica que conoció a través de no sé qué red social y parece que está feliz.

Mi amiga Cinthia, es un caso aparte. Después de darle nuestra nueva dirección como diez veces, llegó al buzón de nuestra vecina Rosita la invitación de su boda. Se casaba con Javier en Septiembre de este mismo año ¡todo rapidito! Y lo harían en Ibiza, una ilusión que tenían los dos y más gasto para todos los invitados ays…

Mi hermana al final ha vuelto con el marido, dice que se ha dado cuenta de que se necesitan y no pueden vivir el uno sin el otro, que es lo mejor que le ha pasado en la vida y bla bla bla, cuando se pone así de moñas desconecto por momentos hasta que vuelve a ser una persona adulta.

Por lo demás todos están bien, en la tienda de Valencia siguen mis compis. Nerea me llama cada semana y me cuenta todos los cotilleos de la trastienda, que si la jefa se ha liado con uno de los encargados de la tienda, que si Pascual creen que va detrás del nuevo dependiente… ¡todo lo que no pasaba cuando yo estaba allí, pasa ahora!. Mis padres se hacen mayores y en breve vendrán a visitarnos, aprovechan en veranito para hacer una escapada y ver a su hija a la que, dicen, echan de menos. Mi madre me cuenta que no gana para disgustos con mi hermana, que si ahora ha vuelto con el marido, que si se van de viaje romántico este verano y le dejan a los niños… Así es mi hermanita, hace lo que siente y ahora no la vamos a cambiar.

Con todo esto ya os he puesto más o menos al día de lo que está siendo nuestra estancia en Segovia, solo me falta contaros que al restaurante le faltan días para reabrir sus puertas convertido en un mesón lleno de encanto. Carmen fue la encargada de contarnos la historia del lugar. Pasó de ser un bar regentado por sus abuelos donde los hombres se sentaban en la barra esperando una copa de vino a un restaurante en el que sus padres trabajaban día y noche para sacar adelante a ella y a sus cinco hermanos.

Las dos nos hemos encargado de la decoración mientras que Luís y Roberto han arreglado luces, cableados, pintura… parecían padre e hijo y es que hemos hecho tan buenas migas con ellos que son parte de nuestra familia.

Llevar la publicidad del restaurante ha sido genial, aunque muy duro. No hemos parado ni un momento para que toda Segovia se enterara que el “Restaurante casa Lucar” llegaba pisando fuerte y con aires renovados.
Ahora os escribo desde la tranquilidad, en un rinconcito que tenemos en el salón de la casa, donde hemos instalado un pequeño sillón junto a una lámpara de pie, perfecto para leer o descansar. En pocos días, como os he comentado, abrimos y aunque ya están contratados los nuevos camareros, servicio de limpieza y demás Roberto y yo nos encargaremos del turno de noche para que Carmen y Luís tengan su merecido descanso.

El verano se nos plantea ajetreado pero tenemos ganas de embarcarnos en esta nueva aventura. Por cierto os escribo y parece que todo sea idílico ¡más me gustaría a mí! Con Roberto ha habido discusiones, los primeros días fue un caos el tema del restaurante ¡nadie nos poníamos de acuerdo!, estar lejos de mi familia está siendo lo más duro…. Pero ¿para qué os voy a contar lo malo? Yo me quedo con lo bueno, con las cosas bonitas y sí hay días malos pero también los hay mejores, de todos ellos aprendemos y con eso nos tenemos que quedar.
Espero que disfrutéis mucho del verano, yo volveré con el blog en septiembre, ya que como veis no tengo tiempo ni de escribir. Disfrutad mucho, pasároslo genial y espero que cuando nos volvamos a escribir sigáis leyéndome como lo habéis hecho hasta ahora.

 

Gracias y besotes!

                       Maca

 

verano (1)