Hola bonit@s! ¿Qué tal habéis empezado la semana? Yo con muchas ganas de contaros cosas y tranquilos que aunque parezca que la historia no avanza !va a avanzar en las próximas entradas! ya veréis…. En fin, os dejo con todas las novedades de mi vida y espero que disfrutéis leyéndolas.
Exactamente un día fue lo que tardó Javier en reemplazarme por otra. Lo cierto es que él estaba pasando por una etapa de su vida un poco difícil y necesitaba a alguien al lado en quien apoyarse ¿Pero tan rápido se había olvidado de mí?. A la mañana siguiente, Vanessa vino a casa.- Hola bonita ¿Qué tal estás?. – Bueno…- ¿Qué pasa hermanita?- Roberto que me ha prohibido verme con Javier fuera del trabajo. – Es normal nena, ¿Qué quieres? Tienes a un tío buenorro muriéndose por tus huesos y tú metes en tu cama a otro, dijo mientras engullía galletas de chocolate. – ¿En mi cama?, dirás en el sofá ¡no exageremos Vanesa, no exageremos!, le dije poniéndome nerviosa.
Mi hermana solía hacer sus propias versiones de la realidad ¡le encantaba! Pero yo no estaba para sus tonterías en aquel momento- Tranquila mujer, era un decir. – ¿Y tú qué no te dan de comer los papás en casa?.- Calla, calla es que estas galletas están de vicio y vengo sin desayunar. – Anda que no tienes morro tú ni nada. – De todos modos no me las voy a terminar, he quedado con Javier para almorzar.
Sí, mi hermana y Javier se habían vuelto inseparables ¡así de la noche a la mañana!. – Bueno guapa me voy que hemos quedado en el centro y no quiero llegar tarde, me dijo mientras recogía sus cosas tiradas en mi sofá – Oye Vanessa ¿tú qué tal de lo tuyo?.- Ahí voy, con mi marido no he hablado, quiero dejarlo tranquilo y mientras yo aprovecho, me dijo guiñándome un ojo. Sí, claro se estaba aprovechando de mi amigo.
Nada más salir por la puerta pensé en todo lo que me iba a perder a partir de ahora. Si Javier iba a ser padre o tomaba, definitivamente, la decisión de separarse, me enteraría mucho después que Vanessa y eso a mí me dolía. Mientras me ponía cada vez más triste y rabiosa sonó el móvil. – Hola Javier. – Ei ¡Hola guapa!. – Si quieres saber dónde anda mi hermana te diré que de camino. – ¡Gracias por la información! Pero llamaba para saber cómo estabas y para comentarte si te apetecía venirte conmigo y con Vanessa a dar una vuelta.- Javier es que…- Sí, se me qué me vas a decir que no, pero quería intentarlo. – Te lo agradezco de verdad, pero no puedo. Nos vemos luego en el trabajo ¿Vale?.- ¡Claro que sí!, un beso. – Otro para ti.
Nada más colgar, volvió a sonar el teléfono.- Hola preciosa ¿Qué tal?.- Bien, aquí en casita.- Te estaba llamando pero comunicabas ¿Con quién hablabas?.- Ah con mi hermana, dije poco convencida ¿Por qué me cuesta tanto mentir?.- Vale, ahora dime la verdad.- Me ha llamado Javier. – ¿y qué quería?.- Pues saber cómo estaba…- ¿Y a él qué más le da?.- Roberto, vamos a dejarlo estar por favor ¿Para qué me has llamado?. – Me paso por tú casa y te cuento en persona mejor.
En diez minutos allí estábamos los dos, en mi cama, desnudos y con muchas ganas de sexo, pero el dolor insoportable había vuelto y no pudimos hacer nada ¡dichoso vaginismo! – ¿Tú estás haciendo lo que te dijo la ginecóloga?. –Mmmm ¿cómo te diría yo? No, la verdad es que no. – Ays Maca, Maca, me decía mientras acaricia mi pelo.- tengo que contarte algo, es bueno pero quizá no te guste.- Prueba a decírmelo, le dije picarona – Me voy una semana a Mallorca. – ¿Cómo?.- Me han hecho un contrato de Stripper en una discoteca de allí. – ¿Pero vas a trabajar todos los días?.- Trabajaré el fin de semana y los demás días me quieren de camarero en un bar que pertenece a los mismo dueños ¿no es genial?.- Sí, claro, dije con poco entusiasmo. – Y si les gusto, puede que me contraten por más tiempo Maca ¡nos iremos a Mallorca!.- ¿Cómo que nos iremos?, le dije mientras me sentaba en la cama. – ¡Claro los dos!, no te voy a dejar aquí solita. Oye y ¿Cuándo te vas?.- Este mismo fin de semana.
Ahora además de alejarme de Javier tenía que pensar en irme a Mallorca y claro eso conllevaba vivir bajo el mismo techo con Roberto, con el que las idas y venidas, desde que habíamos vuelto, eran frecuentes. Agobiada por todo le dije si me podía dejar sola un rato, lo necesitaba. – Claro boba, yo te dejo tranquila el tiempo que tú quieras ¿te recojo esta noche y cenamos en tu casa?.- Venga, vale.
Decidí que la mejor opción para relajarme era trabajar así que llegué a la tienda como unas tres horas antes, pero por el camino me encontré con mi hermana. – ¿Dónde vas pequeña diosa?.- ¿Perdona, porqué me llamas así?.- Porque te acuestas con dos tíos que están de toma, pan y moja ¿quizás?.- Vanessa como vuelvas a decir que me acostado con Javier no sé lo que te hago, le dije enfurecida. – Venga, vale dejo ya la bromita ¿Dónde vas?. – A trabajar.- ¿Tan pronto?.- Sí, necesito despejarme un poco.- Mira igualita que Javi. – ¿Qué pasa con él?.- Pues la verdad no lo sé, estábamos juntos almorzando le ha llamado su mujer y le ha dicho algo de un embarazo, ha puesto cara de ¡dios mío no puede ser! Y me ha dicho que tenía que irse.
Mientras mi hermana iba hablando yo me ponía cada vez más nerviosa ¿Qué le habría pasado?, solo tenía ganas de irme y hablar con él. – Si te vas ya mismo igual lo alcanzas. Eché a correr como si me fuera la vida en ello y sí, lo alcancé. – ¡Maca!, respira mujer. No podía parar de jadear y no era de placer sino de agotamiento. – ¿De dónde vienes tan rápida?.- Mi…mi hermana, dije yo sin poder respirar del todo bien.- Anda, siéntate y me explicas que te va a dar algo.
Nos sentamos en un banquito que había en la acera, a escasos metros de la tienda. – ¡Ya no estamos para estos trotes Maca!, me dijo mientras una sonrisa se dibujaba en su cara.- Anda, no lo arregles.- ¿Estás mejor?. – Sí, creo que sí, dije cogiéndome el pecho.- ¿Javier que ha pasado con tú mujer?.- ¿Cómo te has…?.- Mi hermana, acabo de encontrarme con ella y me ha dicho lo de la llamada. La sonrisa se volvió más triste de lo que nunca la había visto.- Maca, mi mujer está embarazada.- ¡pero eso es genial!.- Sí, lo sería si fuera yo el padre.- ¿Cómo?.- Me lo confesó anoche nada más llegar a casa. La encontré llorando y al preguntarle me dijo toda la verdad, todo lo que no me había contado durante los dos últimos años. – ¿dos años?.- Sí, pero prefiero hablar de esto contigo en otro sitio más tranquilo.- Javier… – Sí, sé que no podemos. – No te iba a decir eso, este fin de semana Roberto se va a Mallorca ¿preparamos un picnic en nuestro escondite y me cuentas?.- ¿De verdad?.- Javier sí, de verdad, le dije mientras le cogía las manos. – ¡Genial entonces!.
Esa tarde los dos estábamos más alegres de lo normal. Aunque él no fuera a ser padre y yo no iba a ver a Roberto en una semana, se respiraba un aire distinto en el ambiente. Además yo estaba especialmente contenta porque Javier no le había contado nada a Vanessa, aunque es mi hermana me hubiera puesto muy celosa.
Besotes
Maca