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Maca, un viaje a Mallorca y mentiras…

Hola bonit@s! ¿Qué tal habéis empezado la semana? Yo con muchas ganas de contaros cosas y tranquilos que aunque parezca que la historia no avanza !va a avanzar en las próximas entradas! ya veréis…. En fin, os dejo con todas las novedades de mi vida y espero que disfrutéis leyéndolas.

Exactamente un día fue lo que tardó Javier en reemplazarme por otra. Lo cierto es que él estaba pasando por una etapa de su vida un poco difícil y necesitaba a alguien al lado en quien apoyarse ¿Pero tan rápido se había olvidado de mí?. A la mañana siguiente, Vanessa vino a casa.- Hola bonita ¿Qué tal estás?. – Bueno…- ¿Qué pasa hermanita?- Roberto que me ha prohibido verme con Javier fuera del trabajo. – Es normal nena, ¿Qué quieres? Tienes a un tío buenorro muriéndose por tus huesos y tú metes en tu cama a otro, dijo mientras engullía galletas de chocolate. – ¿En mi cama?, dirás en el sofá ¡no exageremos Vanesa, no exageremos!, le dije poniéndome nerviosa.

Mi hermana solía hacer sus propias versiones de la realidad ¡le encantaba! Pero yo no estaba para sus tonterías en aquel momento- Tranquila mujer, era un decir. – ¿Y tú qué no te dan de comer los papás en casa?.- Calla, calla es que estas galletas están de vicio y vengo sin desayunar. – Anda que no tienes morro tú ni nada. – De todos modos no me las voy a terminar, he quedado con Javier para almorzar.

Sí, mi hermana y Javier se habían vuelto inseparables ¡así de la noche a la mañana!. – Bueno guapa me voy que hemos quedado en el centro y no quiero llegar tarde, me dijo mientras recogía sus cosas tiradas en mi sofá – Oye Vanessa ¿tú qué tal de lo tuyo?.- Ahí voy, con mi marido no he hablado, quiero dejarlo tranquilo y mientras yo aprovecho, me dijo guiñándome un ojo. Sí, claro se estaba aprovechando de mi amigo.

Nada más salir por la puerta pensé en todo lo que me iba a perder a partir de ahora. Si Javier iba a ser padre o tomaba, definitivamente, la decisión de separarse, me enteraría mucho después que Vanessa y eso a mí me dolía. Mientras me ponía cada vez más triste y rabiosa sonó el móvil. – Hola Javier. – Ei ¡Hola guapa!. – Si quieres saber dónde anda mi hermana te diré que de camino. – ¡Gracias por la información! Pero llamaba para saber cómo estabas y para comentarte si te apetecía venirte conmigo y con Vanessa a dar una vuelta.- Javier es que…- Sí, se me qué me vas a decir que no, pero quería intentarlo. – Te lo agradezco de verdad, pero no puedo. Nos vemos luego en el trabajo ¿Vale?.- ¡Claro que sí!, un beso. – Otro para ti.

Nada más colgar, volvió a sonar el teléfono.- Hola preciosa ¿Qué tal?.- Bien, aquí en casita.- Te estaba llamando pero comunicabas ¿Con quién hablabas?.- Ah con mi hermana, dije poco convencida ¿Por qué me cuesta tanto mentir?.- Vale, ahora dime la verdad.- Me ha llamado Javier. – ¿y qué quería?.- Pues saber cómo estaba…- ¿Y a él qué más le da?.- Roberto, vamos a dejarlo estar por favor ¿Para qué me has llamado?. – Me paso por tú casa y te cuento en persona mejor.

En diez minutos allí estábamos los dos, en mi cama, desnudos y con muchas ganas de sexo, pero el dolor insoportable había vuelto y no pudimos hacer nada ¡dichoso vaginismo! – ¿Tú estás haciendo lo que te dijo la ginecóloga?. –Mmmm ¿cómo te diría yo? No, la verdad es que no. – Ays Maca, Maca, me decía mientras acaricia mi pelo.- tengo que contarte algo, es bueno pero quizá no te guste.- Prueba a decírmelo, le dije picarona – Me voy una semana a Mallorca. – ¿Cómo?.- Me han hecho un contrato de Stripper en una discoteca de allí. – ¿Pero vas a trabajar todos los días?.- Trabajaré el fin de semana y los demás días me quieren de camarero en un bar que pertenece a los mismo dueños ¿no es genial?.- Sí, claro, dije con poco entusiasmo. – Y si les gusto, puede que me contraten por más tiempo Maca ¡nos iremos a Mallorca!.- ¿Cómo que nos iremos?, le dije mientras me sentaba en la cama. – ¡Claro los dos!, no te voy a dejar aquí solita. Oye y ¿Cuándo te vas?.- Este mismo fin de semana.

Ahora además de alejarme de Javier tenía que pensar en irme a Mallorca y claro eso conllevaba vivir bajo el mismo techo con Roberto, con el que las idas y venidas, desde que habíamos vuelto, eran frecuentes. Agobiada por todo le dije si me podía dejar sola un rato, lo necesitaba. – Claro boba, yo te dejo tranquila el tiempo que tú quieras ¿te recojo esta noche y cenamos en tu casa?.- Venga, vale.

Decidí que la mejor opción para relajarme era trabajar así que llegué a la tienda como unas tres horas antes, pero por el camino me encontré con mi hermana. – ¿Dónde vas pequeña diosa?.- ¿Perdona, porqué me llamas así?.- Porque te acuestas con dos tíos que están de toma, pan y moja ¿quizás?.- Vanessa como vuelvas a decir que me acostado con Javier no sé lo que te hago, le dije enfurecida.  – Venga, vale dejo ya la bromita ¿Dónde vas?. – A trabajar.- ¿Tan pronto?.- Sí, necesito despejarme un poco.- Mira igualita que Javi. – ¿Qué pasa con él?.- Pues la verdad no lo sé, estábamos juntos almorzando le ha llamado su mujer y le ha dicho algo de un embarazo, ha puesto cara de ¡dios mío no puede ser! Y me ha dicho que tenía que irse.

Mientras mi hermana iba hablando yo me ponía cada vez más nerviosa ¿Qué le habría pasado?, solo tenía ganas de irme y hablar con él. – Si te vas ya mismo igual lo alcanzas. Eché a correr como si me fuera la vida en ello y sí, lo alcancé. – ¡Maca!, respira mujer. No podía parar de jadear y no era de placer sino de agotamiento. – ¿De dónde vienes tan rápida?.- Mi…mi hermana, dije yo sin poder respirar del todo bien.- Anda, siéntate y me explicas que te va a dar algo.

Nos sentamos en un banquito que había en la acera, a escasos metros de la tienda. – ¡Ya no estamos para estos trotes Maca!, me dijo mientras una sonrisa se dibujaba en su cara.- Anda, no lo arregles.- ¿Estás mejor?. – Sí, creo que sí, dije cogiéndome el pecho.- ¿Javier que ha pasado con tú mujer?.- ¿Cómo te has…?.- Mi hermana, acabo de encontrarme con ella y me ha dicho lo de la llamada. La sonrisa se volvió más triste de lo que nunca la había visto.- Maca, mi mujer está embarazada.- ¡pero eso es genial!.- Sí, lo sería si fuera yo el padre.- ¿Cómo?.- Me lo confesó anoche nada más llegar a casa. La encontré llorando y al preguntarle me dijo toda la verdad, todo lo que no me había contado durante los dos últimos años. – ¿dos años?.- Sí, pero prefiero hablar de esto contigo en otro sitio más tranquilo.- Javier… – Sí, sé que no podemos. – No te iba a decir eso, este fin de semana Roberto se va a Mallorca ¿preparamos un picnic en nuestro escondite y me cuentas?.- ¿De verdad?.- Javier sí, de verdad, le dije mientras le cogía las manos. – ¡Genial entonces!.

Esa tarde los dos estábamos más alegres de lo normal. Aunque él no fuera a ser padre y yo no iba a ver a Roberto en una semana, se respiraba un aire distinto en el ambiente. Además yo estaba especialmente contenta porque Javier no le había contado nada a Vanessa, aunque es mi hermana me hubiera puesto muy celosa.

Besotes

           Maca

 

 

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Maca, un papá y un beso…

Hola bonit@s! ¿Qué tal las vacaciones? Seguro que genial, espero que hayáis descansado un poquito y ahora estéis con las pilas recargadas a tope!. Yo tengo que contaros muchas cosas pero empezaré por donde me quedé la última vez porque hay mucha telita que cortar….

Mi primer día de trabajo fue genial. Después de despedirnos de Vanessa, Javier y yo nos fuimos derechitos a la tienda, nada más vernos Nadia me dijo ¡Por fin estás aquí! Y me dio dos besos. Oye bonita, ahora te voy a dejar tranquila para que te vayas haciendo a la tienda, pero en cuanto tengas un ratín me cuentas como quedaste con el stripper, que nos tienes intrigados después de la escenita en el restaurante. – ¡Nadia!, le dijo Javier ¿serás cotilla?, no le hagas ni caso Maca, tú a lo tuyo, es una víbora. – Claro, claro, seguro que tú ya lo sabes todo, le dijo Nadia guiñándole un ojo. Bueno Maca, tú luego me cuentas.

Así empezó la tarde y el resto, simplemente me lo pasé pipa. Nadia me sonsacó toda la información que quiso y más sobre Roberto. – ¿Qué estás con él? ¡Pero qué fuerte ¿no?!. Oye y en la cama es igual que bailando?. – ¡Nadia, por favor! Le dije muerta de la risa, ¡ya basta!. – ¿Me vas a dejar con la duda?.- Sí, ale bonita por hoy ya es suficiente, el próximo día más.- ¡Qué malvada eres!, añadió.

Después de cerrar la tienda y ponerlo todo en orden, Javier, al que no había visto en toda la tarde, (la tienda tiene dos plantas y él está en la de arriba que es de caballero) se acercó a mí. – Oye Maca, ¿Te apetece que nos tomemos algo?. la imagen de Roberto diciéndome que no quería que quedara con él fuera del horario laboral había aparecido en mi mente y estaba dispuesta a quedarse para atormentarme durante toda la noche.- Bueno ¿qué me dices?.- Sí, claro vamos a tomarnos algo.

Nos sentamos en una terracita y estábamos tan hambrientos que nos decantamos por cenar en vez de tomarnos algo. – ¿Qué tal tú primer día?. – ¡Muy bien!, he empezado con buen pie. ¿Tú qué tal?. – Bueno…, dijo con tono apenado. – ¿Qué pasa Javier?. – Que esta noche vuelvo a estar solo. – Ya, tú mujer se va con las amigas ¿no?.- Sí, algo así. Maca, voy a pedirle el divorcio. – ¡Joder!, sí que estás mal sí. – Estoy harto Maca, me paso más tiempo solo que en pareja, no hacemos nada juntos y ahora le da por no dormir en casa… no puedo más. Mientras hablaba las lágrimas empezaron a brotar de sus ojos, me dio tanta pena.- Yo pensaba que esto iba a salir bien, la quería mucho, era todo perfecto ¡hasta pensábamos en tener hijos! Y ahora de repente todo al traste, no me esperaba esto Maca. – Oye relájate, lo debes de estar pasando muy mal pero has tomado una decisión que era lo que necesitabas. Eres fuerte y ya verás como todo sale bien, yo voy a estar ahí para ayudarte en lo que necesites.

 Después de relajarse un poco vino el plato fuerte. – Maca, es que hay algo más que no te he dicho.- Dime, no me asustes. – Creo que voy a ser padre. – ¿Cómo? ¿Ahora?.- Encontré anoche, en la papelera del baño, un test de embarazo y da positivo. – Buff, no si cuando las cosas se complican… que no digo que un enano sea una complicación pero en este momento sí que lo sería. ¿tú estás seguro?.- Sí, creo que sí. – ¿Has hablado con ella del tema?.- No, anoche tampoco estaba, estoy fatal. – Mira, igual mañana aparezco en la portada de todos los periódicos, pero esta noche te vienes a dormir a mi casa, no quiero que te quedes solo.- No, no tranquila, estoy acostumbrado.- Javier, no acepto una negativa por respuesta. – ¿Y Roberto?. – Hablaré con él en cuanto pueda.

Antes de ir a mi casa nos pasamos por la suya para que el pobre cogiera un pijama, según él dormía medio desnudo pero esa noche, como que no era plan. Mientras me lo contaba le saqué alguna que otra sonrisilla. Cuando llegamos a mi casa lo primero que hicimos fue ponernos cómodos, nos dimos una ducha, por separado, claro está y mientras él estaba en el baño le preparé el sofá- cama. En mi mente, que es muy oportuna ella, volvió a aparecer Roberto pero esta vez se ponía histérico al saber que otro hombre se había quedado a dormir en mi casa. La escena cada vez iba a peor así que di gracias que Javier salía del baño y la imagen se esfumó por completo.

Dios que hombre tan guapo, hasta con pijama está sexy. ¡Joder Maca!, ¿por qué tengo que pensar estas cosas?, si no estuviera con Roberto ahora mismo no sé lo que le haría, ¡joder, joder, joder! ¡para!.- Vale, vale, pero no estoy haciendo nada. – perdona Javier no era por ti, le hablo a mi yo interior, vamos a mi cabeza que no para de pensar. – Pues que deje de hacerlo, dijo acercándose cada vez más a mí. ¿puedo abrazarte?.- ¡Claro hombre! Un achuchón cuando es necesario viene genial. Mientras lo abrazaba sentí su olor, sus brazos, su cuerpo ¡buff que calores me estaban entrando!. Separando un poco su cabeza de la mía pero sin soltarme de entre sus brazos me dijo.- Gracias Maca, eres un sol. – Estoy segura de que tú también lo harías por…. Y antes de terminar la frase ocurrió lo que no debía de ocurrir… me besó.

 Cuando dejó de hacerlo estábamos tan nerviosos que yo no atiné a decirle nada.- Maca, joder, perdona ¿qué he hecho?, vaya.. perdona, lo siento… será mejor que me vaya a casa. – Javier ¡ya vale!, tranquilízate. Esto te ha pasado porque te sientes solo y necesitas cariño, me pasó lo mismo hace años. No te preocupes, olvidado queda ¿vale?. – Gracias, gracias, gracias.- Javier ¡por dios! Pareces un disco rayado. Tranquilo yo me voy a dormir, tú si quieres ponte la tele o lo que te apetezca y no te preocupes. – Vale, Maca, buenas noches.

Como os podréis imaginar esa noche no pude pegar ojo, si os digo la verdad esto nunca me había pasado, se lo había dicho así para convencerme a mí misma y a él de que esto no significaba nada, pero lo cierto es que Javier me había BESADO…

 Besotes 

            Maca

 

 

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Maca, un te quiero… Javier y Vanessa.

Hola bonit@s!!! ¿Cómo estáis? Seguro que genial! espero que hayáis aprovechado estos días de fiesta para coger mucha energía y empezar de nuevo con más ganas que nunca. Hoy os traigo una entrada 100% Maca, como ayer fue festivo y la semana anterior no os pude escribir, hoy toca doble ración de mi vida !espero que la disfrutéis!.

corazon-andanteDespués de hablar con Roberto y decidir que lo mejor era vernos para aclarar las cosas, me dije a mí misma que necesitaba relajarme. Así que dicho y hecho, me fui a la cocina, donde en un armario guardo velitas aromáticas, de ahí me planté en el baño y las dispuse todas por el suelo, llené la bañera de agua, le puse jaboncito para que hiciera espuma y ale !todo listo!. Estuve allí metida como unas dos horas, el agua ya estaba fría y yo arrugada como una pasa pero !y lo relajada que estaba!. Después me hice un tazón de leche con cereales y me acosté, vale se que era muy pronto pero necesitaba coger  fuerzas para enfrentarme a las preguntas de Roberto y a mi primer día de trabajo.

A las diez de la mañana sonó el timbre, supe la hora que era por que así me lo decía mi despertador. Había dormido más de nueve horas y por mí me hubiera quedado un rato más, pero había un señor en la puerta que necesitaba explicaciones y yo era la encargada de dárselas. Así que me levanté, cogí una bata y me tapé un poco. – Buenos días preciosa.- Buenos días, dije bostezando. – ¿No me vas a dar un beso?.- Espera que me lave los dientes y te doy los quieras.- ¿Qué más da mujer?.- Es una manía, entre las muchas que tengo y tras decir esto empezamos a reírnos y a besarnos !no nos pudimos resistir!.

– Bueno señorita vístase que me la llevo de almuerzo.- Anda que bien. Vale me visto en un plis y nos vamos. En menos de cinco minutos ya estaba arreglada, no soy de las que tarda mucho en vestirse y ponerse mona más que nada porque me da pereza jijijij. – Ya nos podemos ir, dije. Bajamos las escaleras corriendo y nos subimos en su coche, me llevó a la playa a su «escondite» particular. – Bueno señorita, espero que el lugar sea de su agrado. Además aquí hay un barecito que se que le va a encantar, me dijo con la mejor de sus sonrisas.

Después de pedir el almuerzo y empezar a comer no pude aguantar más. – Roberto, me has traído aquí para hablar y no sueltas prenda desde que hemos llegado. – Es que ahora estoy bien y no quiero romper este momento.- !si hombre! ¿es una broma no?, evitar el problema no es la mejor solución, tú momento de dudas y preguntas es ahora, luego seré yo la que no quiere saber nada.- Vale, vale morenita no te pongas tensa. Quiero saber por qué te ves tanto con Javier, por qué me mentiste el día que tu hermana estaba en casa y me contó que estabas con una amiga. Por qué cuando tú y yo estábamos mal te refugiaste en él… Por qué… – Poco a poco Roberto, sino se me amontonan las respuestas y quiero contestar a todo correctamente. Cogiéndole la mano empecé a hablar. – Javier es un amigo, cuando entre tú y yo las cosas empezaron a ir mal, lo conocí. La relación con su mujer no es para !echar cohetes! y la nuestra tampoco lo era, así que nos contábamos nuestras penas y nos desahogábamos juntos. El día que te mentí, lo hice por que necesitaba a un amigo con el que llorar y no a un novio con el que la noche anterior acababa de volver después de una escenita, delante de todos mis compañeros, en el escenario del restaurante. Por lo demás quiero que sepas que seguiré quedando con él ,pero tranquilo, te lo presentaré para que lo conozcas mejor y no tengas miedo, confía en mí. – Maca, no quiero que te veas fuera del trabajo con él. – ¿Cómo?.- Lo que has oído, ya lo pasé muy mal una vez por celos y no quiero que esta sea otra. – Pues para superarlos hay que afrontarlos, así que te repito que confíes en mí, si no funciona ya veremos lo que hacemos.

Parece que después de las pertinentes explicaciones se quedó un poco más relajado, era demasiado guapo para verlo triste y encima me acababa de enterar que alguien le había hecho daño. Paseamos por la playa un buen rato, descalzos sobre la arena mientras las olas del mar de empeñaban en mejor nuestros pies. – Oye Maca, ¿Estás segura de que quieres estar conmigo?.- ¿Porqué me lo preguntas?.- Necesito una respuesta.- Claro que sí Roberto, sino te lo hubiera dicho. Me gustas mucho y lo pasé muy mal cuando vi que me dejabas por tu ex mujer.- Ya, pero sabes que eso no es así.- Lo sé, lo sé. Tranquilo ¿vale? estoy aquí contigo para ayudarte en lo que necesites.- Gracias preciosa y acto seguido me lanzó sobre la arena, se puso encima mío y empezó a besarme apasionadamente. – Te quiero Maca, te quiero mucho. Tras oír las palabras mágicas mi estómago se tensó y mi mente empezó a nublarse… si me había dicho que me quería es por que esperaba una respuesta similar, pero yo no me sentía preparada para decirle lo que él quería oír. ¿Qué debía de hacer?, si no le digo nada seré sincera pero se puede molestar, y si le digo que le quiero le estaré mintiendo de nuevo… Tuve suerte, siguió besándome y entendí que no buscaba una respuesta por mí parte….

Al llegar casa me di una ducha !tenía que quitarme toda la arena de encima!. y ponerme el uniforme del trabajo. Mientras me vestía llamaron al timbre. – !Maca, soy Javier! gritaba al otro lado de la puerta. La situación me hizo tanta gracia que no pude aguantarme la risa y sin abrir le dije.- ¿Qué quieres Javier?. y el siguió la broma.- Es que vivo aquí enfrente y venía a traerte sal.- ¿Sal?.- Sí, pensaba que la necesitarías para la comida. Le abrí la puerta aunque me estaba divirtiendo mucho.- Anda si estoy ante la nueva dependienta de Zara. – ¿Has visto?.Pasa , pasa ¿Qué te trae por aquí?.- Pues he pensado en venir a recogerte y así por el camino charlábamos un rato, si te apetece claro. – Por supuesto que me apetece caballero, me hago una coleta y nos vamos.

A las cuatro de la tarde estábamos sentados en una cafetería, él comiendo y yo tomándome un helado. La verdad es que no tenía ni pizca de hambre después del almuerzo mañanero, pero algo dulce siempre entra.- Bueno, cuéntame ¿Qué tal tu hermana?. – Mi hermana se ha ido a vivir con sus hijos a casa de mis padres para darle tiempo a su marido ¿Cómo lo ves?.- ¿Pero si él está con otra no?.- Sí, pero no se lo ha dicho a Vanessa.- ¿Se lo vas a decir tú?.- Voy a esperar un poco, si veo que la cosa no mejora tendré que hablar con ella.- Vaya, pobre. – Y tú ¿Qué tal con tú mujer?.- Bueno, seguimos igual, con la diferencia de que a finales de esta semana se va de viaje a Londres con sus amigas.- Mira aprovecha ese tiempo para pensar y buscar la solución que más te interese.- No lo sé Maca, no sé que voy a hacer… estoy empezando a…- !Hola chicos! ¿Qué hacéis por aquí?. – !Hermanita! dame un abrazo anda.- Hola Vanessa, ¿Qué tal estás?, le dijo Javier, siéntate con nosotros.- La verdad es que no estoy en mi mejor momento pero se lleva.- ¿Qué quieres tomar? hoy invito yo.- Gracias caballero, pero es que acabo de comer y no tengo hambre. – ¿Qué haces por aquí? le dije. – He pensado en pasear un rato, para despejarme. – Me parece muy bien. Chicos voy al baño y ahora vuelvo.

De vuelta me di cuenta de que mi hermana y Javier habían conectado muy bien, lo cierto es que tenían más en común de lo que pensaban, los dos estaban solos, sus parejas habían decidido darles de lado para empezar una nueva vida, el problema es que parecía que ninguno quería darse cuenta. – Bueno, bueno hermanita ya veo que Javier te ha mostrado sus dotes humorísticas. – Sí, no puedo dejar de reír. – Chicas voy a pagar.- Maca, espero que no te molestes, pero he quedado con él mañana para tomarnos un café. ¿Con Javier? dije sorprendida. – Sí, nos hemos caído fenomenal y me ha invitado. – ¿Y se puede saber por qué me tiene que molestar?.- Por nada y sonrió. Sabía que ocultaba algo pero preferí no preguntar, quizá ni yo misma quería saberlo.

Besotes

       Maca

 

 

 

 

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Maca, el amor y otras cosas…

Hola precios@s! Empezamos la semana con energía a tope, espero que os hayáis preparado un buen desayuno porque hay que coger fuerzas suficientes para aguantar todo el día y más si ese día se llama LUNES. Hoy os traigo una entrada 100% Maca en la que os voy a contar muchas cositas!. Así que preparados, listos, YA….

El miércoles por la noche, tal y como os dije vinieron a cenar a casa mis padres junto con mi hermana, su marido y los peques. De vez en cuando hacemos cenita y así nos vemos todos pero aquella noche yo no tenía ganas de nada,  mientras todos hablaban y reían yo no podía dejar de darle vueltas a lo que había pasado esa misma tarde. No quería pensar que detrás de una noche perfecta se escondía una mentira tan grande como la que me había contado Elena, no podía ser verdad que Roberto quisiera volver con ella mientras se acostaba conmigo, no tenía sentido y sino es que he estado viviendo en una farsa desde que lo conocí ¿sería un mentiroso? ¿Había estado jugando con mis sentimientos? ¿Por qué querría volver con ella? Todos los pensamientos y preguntas que la noche anterior habían quedado guardados en un cajón volvieron a salir y se instalaron de nuevo en mi cabeza.

Mientras me hacía una de esas preguntas sin respuesta, mi hermana se levantó y se fue al baño. Desde allí oí que me decía. – !Maca cariño ven y tráeme papel anda!. ¿Papel? juraría que habían dos rollos en el baño de sobra…. cuando llegué al baño me cogió del brazo y me encerró con ella. – ¿A ver Maca, qué te pasa?. – ¿Pero tú no querías papel?. – ! Qué va, si tienes aquí papel para dar y vender hermanita!, lo que quiero es hablar contigo.- Tu dirás. – Maca llevas un buen rato en tu mundo, apenas hablas con nosotros, no has probado bocado y no te ríes con las bobadas de papá !tú que te descojonas de todas sus chorradas!. – Vanessa, Roberto ha vuelto con su ex. Después de mirarme, durante unos segundos, con la boca abierta atinó a decir. – ¿Cómo?. – Sí, después de acostarnos y pasar una noche perfecta me he enterado de que vuelve con ella. ¿Pero será cabrón? y me abrazó. Así es ella, igual lo defiende que lo insulta pero me quiere y eso mola.

– ¡Pero tú estás segura de lo que me dices?. – Creo que sí, es que ella me llamó. – ¿Quién la ex?.- Sí, y me dijo que le había pedido otra oportunidad, yo colgué lo llamé a él y le dije que si era verdad no lo quería volver a ver y vale, esta noche tenía una despedida… – ¿Un miércoles? dijo mi hermana. – Sí, eso mismo pensé yo. – Bueno sigue. – Pues eso que tenía una despedida pero podía haber venido esta tarde y hablar conmigo, nosé… y las señoras lágrimas empezaron a brotar de mis ojos. – Oye preciosa no puedes ponerte así, déjale que se explique, aunque ya pueden ser buenas las explicaciones por que !vaya tela con el stripper!. – Tengo miedo Vanesa, no tenía que haber hecho nada tan pronto, no tenía que haberme enamorado tan tontamente de él, si yo quería ir despacio muy despacio pero… cada vez lloraba más fuerte hasta que alguien llamó a la puerta. – ¿Quién es? dijo mi hermana. – Soy tu madre Vanesa y la de tu hermana, claro. – Nos reímos las dos detrás de la puerta. – Anda pasa cotilla, le dijo Vane. – A ver jovencita ¿Qué hombre merece sus lágrimas?. – !Ay mamá, que antigua eres!, le dijo mi hermana. – Mamá tranquila, estoy bien. – Sí, ya lo veo ya. – De verdad no te preocupes, son cosas de jóvenes y tú ya tienes una edad… dije riéndome. – Anda que vaya par de monstruitas que he criado… y nos echamos a reír todas al unísono. – Mira Maca, no se por quien lloras pero por un hombre seguro, así que si el problema tiene solución ves a por ella y si no la tiene deja que pase el tiempo que él es el encargado de poner cada cosa en su sitio… hasta los sentimientos. Esta es mi madre, tiene consejos y remedios para todo, podía ponerse una clínica de psicología sin haber estudiado !es genial!. La tía tiene 60 años y está más guapa que nunca. Disfruta de la vida como si no hubiera un mañana y sé, por que ella me lo dijo, que eso lo ha aprendido con el paso de los años. Le encanta cuidarse, viajar con las amigas o con mi padre y tiene amor para todos pero hay un hombre, en especial, que la tiene loca desde los 20 años, se llama Rodrigo y es mi señor padre. !Qué amor tan bonito! !más me gustaría a mí! pero no, aquí estoy llorando a moco tendido por un stripper al que apenas conozco ¿pero que esperaba?.

En fin, después de salir las tres del baño y reírnos un rato más con las bromas de mi padre, me quedé sola. Otra noche sin poder pegar ojo por culpa, siempre, del mismo hombre… ¿Qué me estaba pasando? Vale,sí me gustaba ¿pero tanto? !vaya tela!. A las cinco de la mañana aún estaba yo en el sofá tan despierta que parecía que me hubiera tomado yo solita unos veinte cafés. Cogí el móvil varias veces para llamarlo o enviarle un mensaje, seguro que la despedida de cincuentonas ya había terminado, pero preferí no decirle nada, si él quería continuar conmigo ya me buscaría.

Al día siguiente y después de dormir como unas tres horitas sonó el teléfono !ay seguro que es é! pensé. – !Maca que estoy en Valencia!. – Vale loca, me alegro mucho de que estés aquí, ¿A qué hora nos vemos?. – A las 12 en la cafetería tan mona del centro que tanto nos gusta,. Perfecto bonita allí nos vemos y colgué. Era mi amiga Cinthia, que cada vez que tiene unos días libres en el trabajo aprovecha para venir a ver a su familia y a sus amigos, claro. A las 12, tal y como habíamos quedado, estaba ya en la cafetería cuando sonó el teléfono.- Dime Cinthia. – Oye tía que estoy aquí con mi chico, y nos ha dado un apretón así que si no te importa llegaremos un poco más tarde. – Claro mujer no te preocupes !desfogaros vosotros que podéis!. Anda que, así de basta es es ella, pero la quiero tanto…

Mientras esperaba a que los dos apasionados llegaran me pedí un capuccino, los de este sitio estaban buenísimos y eso que, como ya sabéis, yo no soy cafetera. Cuando estaba a punto de abrir una galletita que me habían puesto al lado del café, entró un chico muy guapo que se dirigía hacia mí. – Hola Maca ¿Cómo estás?. Hola….hola, empezé a titubear ¿Quién era?. – Soy Javier tu compañero de trabajo (ese que Nadia me presentó como el buenorro y la verdad es que no se equivocaba). – !Aiba es verdad! perdona, no soy muy buena con los nombres, me disculpé. – ¿Me puedo sentar?. – Claro, estoy esperando a unos amigos pero mientras llegan no hay problema. – ¿Qué cuando empiezas con nosotros?. – Pues el lunes próximo. – Ya verás como te lo pasas genial, la verdad es que hay buen ambiente menos con Gemma. – Sí, algo me dijo Nadia… Así estuvimos charlando como unos veinte minutos hasta que Cinthia y su nuevo ligue aparecieron por la puerta. – !Hola Maca!, me dijo mientras me abrazaba. ¿Tú debes de ser el stripper no? dijo dirigiéndose a Javier. – No, no, yo solo soy un compañero de trabajo. – ¿Tienes trabajo petarda y no me lo has contado?. – Usted es la que me tenía que llamar y hablarme del mozo con el que duerme y retoza todos los días, le dije al oído. – Tienes razón pero bueno aquí lo tienes, Javi ella es Maca, Maca él es…- Sí, sí es Javi, encantada. – Y tú si no eres Roberto ¿eres?. – Pues yo también soy Javier y empezamos todos a reírnos. – ¿Te quedas con nosotros? le dijo Cinthia. – No, que va no quiero molestar, venía a tomarme un café y me la he encontrado. – !Chico quédate anda!. – Venga, vale me dijo Javier mientras me miraba buscando mi aprobación.

Pasamos la mañana entre risas, cotilleos y conociendo un poco más al que a partir del lunes se convertiría en mi compañero de trabajo. Cuando miramos el reloj nos dimos cuenta de que eran las dos de la tarde y solo nos habíamos tomado un café, así que decidimos irnos a otro sitio a comer. Antes de levantarnos de la mesa vi algo que me puso muy nerviosa., Roberto acababa de entrar por la puerta. – Venga chicos vamos a pagar que se nos va a hacer muy tarde, dijo Cinthia yendo hacía la barra. – Mmm… ehhh… que si eso ves pagando tú que yo no me puedo levantar !que excusa tan triste!. – Venga Maca, ¿Estás con la regla y has manchado la silla?. Los dos Javieres me miraron con cara de circunstancia. – !Cinthia que bruta que eres hija, pues no!. – ¿Entonces?. – ¿Ves al que está ahí en la barra?, le dije bajito. – Sí, como para no verlo. – Pues es Roberto. – !Anda pues vamos a saludarlo! y se fue hacia él sin poder hacer nada por frenarla, es así de impulsiva. Yo me quedé sentada donde estaba mirando hacia otro sitio, de repente llegaron los dos. – !Mira quien ha venido Maca!. – Hola Roberto, dije con voz de pocos amigos. Roberto apenas me miraba y yo cada vez me iba poniendo más triste y nerviosa. – Chicos este es Roberto, ellos dos son Javi, mi chico y Javi un amigo de Maca. – Vaya, encantado, bueno yo lo siento mucho pero me tengo que ir que he venido con una amiga y me está esperando. Tal cual dijo esto se dio la vuelta y se fue. ¿Así que con una amiga eh? a eso jugamos, miramos todos hacia la barra y allí estaba una chica guapa a más no poder con un cuerpo que quitaba el hipo a la que cogió por la cintura mientras se encaminaban hacia la salida. Mis celos iban subiendo a una velocidad insospechada. Ayer fue Elena, ahora una amiga con derecho a roce…¿Pero este que se ha creído?. Intenté controlar las lágrimas, que esta vez me hicieron caso y nos levantamos para pagar, mientras Cinthia me decía. – Este Roberto es un poco frío ¿no?. – Anda, anda tira a pagar y calla que en menuda me me has metido. Hoy me invitas tú al café por el momento que me has hecho pasar. – No se que he hecho pero vale. – Ya lo sabrás ya…

Besotes, 

     Maca.

 

 

 

 

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Maca, un día muy especial y ¿Campanadas de boda?

Buenos días bonit@s!!!! YA ES JUEVES!!!! lo cual significa que el fin de semana está a la vuelta de la esquina y vais a disfrutar de un merecido descanso. Para que la espera se os haga más llevadera os he preparado un post de lo más divertido, donde os cuento que en Valencia van a sonar «Campanadas de boda» y no es que yo me case, ni mucho menos, los que se casan son Violeta y Vicram Sody. Vosotros os preguntaréis, y con razón,  que quienes son estos, pues dejadme que empiece por el principio de los tiempos, es decir, ayer por la mañana y entenderéis de que va la cosa.

Como a veces asisto a las ruedas de prensa que se celebran en la ciudad, la semana pasada me llegó un correo del Teatro Olympia donde citaban a la prensa a la celebración de una boda. El acto tendría lugar el día 26 de marzo a las 13.00 horas y el emplazamiento elegido sería la Plaza de la Reina. Así que ayer mismo allí esta yo, preparada para hacer fotos y disfrutar del festín !y es que menuda nos tenían preparada!. !champagne, trufas, tarta y… bueno para que contarlo !mirad, mirad!

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El caso es que minutos después de estar disfrutando de estos manjares, apareció una limusina de la que no paraban de salir novios y novias !viva el amor! y es que las bodas es lo que tienen que todo tiene que ser a lo grande o no nos parece perfecta. Algo así es lo que vienen a contarlos el conocido grupo teatral «La Cubana». «Campanadas de boda» , que es así como se llama la obra, es una «parodia de la gran parodia» que todos hacemos al casarnos, al menos así lo cuentan ellos.

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Estoy segura que si vamos a una boda y observamos a los novios, a los invitados, a los de la orquesta y a todo bicho viviente nos reiríamos bien a gusto. Que si Teresa y María llevan vestidos parecidos !qué horror repetir vestido en una boda!, que si la hermana de la novia va incluso más guapa que ella ¿Pero cómo se atreve?. Que si los novios en vez de bailar un vals les da por hacer una coreografía de Grease !escándalo entre la «juventud»!. Que si vaya comida nos han sacado, que a mí esto no me gusta y encima que les doy un sobre con 50 euros para que se compren la lavadora que necesitan me sirven esta porquería !donde esté una buena paella que se quité el caviar y las tonterías estas!. Que cuando nos ponen a Manolo Escobar y al Fary que queremos salir a bailar. Que a mi hijo le han dado el detallito roto ¿Mariiiiii no tendrás otro?…. Es el mejor día para abrir bien los ojos  y darte cuenta de que las familias de los novios, realmente, no se llevan tan bien como aparentan, que las amigas de la  madre de la novia han sido invitadas por obligación porque la hija, en el fondo, no quería… y así un sin fin de situaciones muy pero que muy divertidas que pasan en la vida real. Así que para reírnos un poco más del tema tenemos que ir a ver «Campanadas de boda».

Estarán en el teatro Olympia de Valencia, del 24 de abril al 1 de junio y aquí os dejo el enlace para que podáis ir comprando las entradas ya mismito.

http://www.teatro-olympia.com/portfolio/campanadas-de-boda/

Y después de hablar de boda como que a una le entra la morriña de casarse pero buff me queda tan lejos. En fin a lo que vamos que os tengo que contar muuuuuchassss cosas, así que voy a empezar. Después de la noche tan perfecta, bonita, ñona o como la queráis ver, me desperté. Eran las diez de la mañana y me sentía como nueva, relajada, despejada, mis pensamientos negativos seguían guardados en el cajón !ahí sí que estaban bien!. Nada más abrir los ojos me di cuenta de que estaba sola ¿habría sido un sueño? pensé, pero mis dudas se disiparon en un segundo. Roberto estaba apoyado en el marco de la puerta, me miraba con unos ojos de deseo que a una le quitan el hipo y para más inri solo llevaba unos calzoncillos de lo más ajustaditos que dejaban al descubierto el cuerpazo que tenía… ¿de donde había sacado esos calzoncillos? ¿Se había ido a casa? bueno daba igual, estaba de toma pan y moja y eso era lo que me importaba en ese momento. – Buenos días preciosa. – Buenos días, dije haciéndome la remolona. – Me parece que ha dormido como nunca ¿me equivoco?. – Bueno, bueno tampoco se pase, digamos que he dormido bien, dije poniendo ojitos de malota.

Roberto no se pudo resistir y se abalanzó sobre mí, nos volvimos a besar como si no hubiera un mañana y volvimos a hacer el amor !otra vez! ¿Qué me estaba pasando? ¿y mi vaginismo? ¿y mis pensamientos? !dios este hombre estaba provocando un efecto en mí de lo más agradable!. Tras un buen rato en la cama me dijo  – Bueno señorita habrá que levantarse y desayunar, esta noche trabajo y necesito coger fuerzas. Vaya, esta noche le tocaba bailar delante de cientos de tías desesperadas !qué guay! (ironía modo on). – ¿Un miércoles trabajando? le dije sentándome sobre la cama. – Sí, una fiesta de cumpleaños. – ¿Habrán jovencitas?.- Si con jovencitas te refieres a mujeres entre 50 y 55 años, sí las habrá. dijo riéndose a carcajadas. Después me dio una palmadita en el culete y me dijo. – Señorita usted no tiene nada de lo que preocuparse, es un trabajo como otro cualquiera y no suelo ligar con las asistentes. – ¿A no? entonces… ¿yo que era?, le dije picarona. – Le he dicho que no suelo, alguna que otra cae. – !Oye! le dije mientras le daba con el cojín en toda la cara. Reía a carcajada limpia, estaba !tan guapo! no quería que ese momento terminara nunca….

Después de pasar un rato haciéndonos monadas varias en la cama, se levantó y me dijo. – Ven aquí nena que vas a ver lo que es un espectáculo privado de lo míos y solo para ti. Abrí tanto los ojos y la boca que me dijo. -Tranquila que no te voy a hacer ninguna guarrada…. me levanté de la cama y al ir al salón me di cuenta de que había una silla en medio, solo para mí… aquella idea me encantaba. Puso una canción a todo volumen, concretamente una que me encanta «Timber» de Pitbull y Kesha, y empezó a bailarme. !Dios santo como se movía! ¿De dónde había salido este hombre?, me hizo un baile tan sensual que yo ya no sabía ni para donde mirar. Estaba encantada pero roja como un tomate, me sentía como si estuviera en una despedida de soltera con el stripper pero sin despelote, aunque si os digo la verdad (sin que se entere nadie) no me hubiera importado.

En fin que después del baile o lo que fuera aquello, sonó otra canción esta vez más romántica y me sacó a bailar. Sonaba «Se fue» en versión salsa cantada por Marc Anthony y Laura Pausini y nos movíamos los dos como si no hubiera un mañana, vuelta por aquí, vuelta por allá, me sorprendí y todo de lo bien que me defendía bailando, pero claro tenía conmigo a un bailarín de excepción que me manejaba a su antojo y yo como que me dejaba. Así pasamos la mañana, entre bailes, risas y besos muchos besos, hasta que llegó la hora en la que tenía que irse a casa. – ¿En serio tienes que irte ahora?. – Tengo que recoger a Nico del colegio Maca, ¿Qué pasa que no has tenido suficiente por hoy?, me dijo en tono picarón mientras me abraza y me miraba a los ojos. – No, quédate porfa. – Me encantaría pero no puedo. Mañana me tienes aquí por la tarde, tengo que aprovechar que aún no has empezado a trabajar. – ¿Por la tarde? Ah vale, el cumpleaños de la cincuentona. – !Oiga! no se meta con la edad de mis clientas, me decía mientras me daba un pequeño beso en la nariz. – Bueno preciosa, voy a vestirme. – ¿Le ayudo? le dije con ojitos picarones. – Pues… le diría que sí pero no se si terminaría de vestirme. – Indirecta pillada, voy a prepararme algo para comer que con tanto baile estoy hambrienta.

En menos de cinco minutos ya estaba vestido, peinado y bien guapo ¿Cómo lo hacía? yo no es que tardara horas en arreglarme, el problema es que casi nunca me veía mona, ays…. – Bueno señorita mañana nos vemos. – Llámame esta noche cuando llegues a casa anda. – ¿A las cinco o seis de la mañana?. – ¿Tanto aguantan las señoras?. -Más que tu y yo juntos de fiesta, y nos reímos a carcajadas. – Pues casi mejor mañana por la mañana. – Vale preciosa, me dio un beso y se fue.

Nada más desaparecer por la puerta sonó mi móvil. – ¿Sí?.- Hola Maca.- ¿Elena?. !Anda si ya me conoces!. – Si buscas a Roberto se acaba de ir. ¿A dormido en tu casa?. – Sí, ¿algún problema? le dije enfadada, la verdad es que empezaba a cansarme y mucho de esta mujer. – No, la verdad es que yo ninguno, supongo que habrá ido a verte para contarte la noticia. – ¿Qué noticia Elena?, me estaba poniendo muy nerviosa. Empezó a reírse al otro lado del teléfono. – Pues que le he pedido otra oportunidad. Después de oír esto me quedé en blanco, no sabía que decir, la mala leche aumentaba en mi por segundos, tenía que colgarle el teléfono, se estaba pasando de la raya, pero en el fondo necesitaba saber la respuesta que le había dado él, así que me lancé. – ¿y él que te ha dicho?.-  Pues… titubeó, que tenía que hablarlo contigo en persona para que no te lo tomaras muy mal. Nos necesitamos Maca y tú estás en medio. !Esto no me podía estar pasando a mí! después de la noche y la mañana tan perfectas, esto no podía ser real. Le colgué el teléfono en sus narices, no aguantaba que me dijera nada más.

Acto seguido llamé a Roberto, estaba asustada por si todo aquello era verdad y lo pagué con él. – ¿Sí?. – ¿Es verdad que ayer viniste a mi casa para contarme que vuelves con Elena?.- ¿Cómo?. – Lo que has oído Roberto ¿Vas a volver con tu ex mujer?. – Maca, tranquilízate por favor. No Roberto, estoy harta. No llevamos juntos ni un mes y esa mujer no me deja en paz y tú no tienes lo que hay que tener…- Maca. – No, Roberto si se te ha pasado por la cabeza volver con ella mientras estabas conmigo no quiero volver a verte, te lo digo muy enserio y colgué.Y  hasta aquí os puedo contar porque acaban de llegar mi hermana, su marido y los peques que tenemos cena familiar. Solo os puedo adelantar que en los siguientes días no supe nada de él…

 Besotes

      Maca

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Maca, sus tonterías y un !Por fin!….

Hola Bonitos!!! ¿Qué tal? decidme que bien aunque sea lunes !que no decaiga el ánimo!. Yo hoy os traigo otra entrada 100% Maca. La verdad es que también os iba a hablar de cine pero tengo tantas cosas que contaros que he pensado que a lo largo de esta semana os haré una recomendación sobre una película que me ha gustado mucho. Pero ahora os dejo con mis batallitas que la verdad tienen telita…

Después de la llamada en la que hablé con Elena y me contó que no se había ido de cena me acosté pero no pude pegar ojo, necesitaba explicaciones, eran tantas las preguntas que se apelotonoban en mi cabeza que me daba miedo la forma en la que iban a salir de ella. Me sentía tonta, muy tonta pero cuando os cuente lo que hice el martes por la mañana seréis vosotros los que me digáis hasta donde me llega el grado de tontería. Nada más levantarme y después de haber dormido unas dos horas, me di una ducha, me vestí con lo primero que pillé y me fui hacia su casa. Cuando llevaba medio camino andado me di cuenta de que no sabía donde vivía !si no se lo he ni preguntado! ¿y ahora donde voy yo?. Acto seguido cogí el móvil y marqué su número. – !Hombre Elena! que casualidad que cojas tú el teléfono de Roberto, dije con ironía. – ¿Qué quieres Maca? es que no vamos a ir dentro de nada. – Pues quería saber la dirección de vuestra casa… ¿y para que la quiero yo saber?- improvisé- es que un amigo de Roberto va a pasarse a llevarle un paquete y la necesita. – Ah, ¿y por qué no llama el amigo?.- Ups… Pues por qué se ha quedado sin batería !qué buena era improvisando!. – ¿Y está ahí contigo?. – !Joder cuanta preguntita!. Sí, sí, es que es amigo de los dos y como yo no sé donde vivís. – ¿No te lo ha dicho todavía Roberto?. – Elena ¿me vas a dar la calle o no?. – Si, mujer sí tranquila.

En menos de cinco minutos ya tenía la calle y el número en mi poder así que como no estaba muy lejos de mi casa me fui andando y llegué justo cuando lo vi a él con un niño pequeño de la mano y a una mujer rubia y muy guapa saliendo del patio. Ya podía ser fea !joder!, pensé. Cuando me vio se quedó a cuadros, bueno eso me decía la cara de poker que se le había quedado. Se acercó a mí dejando al niño con la que «supuestamente» sería Elena y me dijo ¿Qué haces aquí Maca?. – Vengo a buscarte, necesito una explicación por lo de anoche. Joder Maca, dijo muy enfadado, ¿Te crees con derecho a venir aquí y pedirme explicaciones de qué?, me voy… – !Sí, te vas de comida con los padres de Elena! dije alzando la voz. – ¿Espera, tú cómo sabes eso?.- Y también se que anoche tu mujer, ex mujer o lo que sea no se fue de cena y le llevaste a casa su cena favorita.

Tras decir esto las lágrimas empezaron a correr por mi cara, ya se podían haber esperado un poquito las jodidas, pero no, ellas a su bola.  Así que decidí irme y Roberto, antes de que avanzara mucho más, me cogió por la muñeca (muy peliculero todo pero fue así, no os miento) y me dijo: – Perdóname preciosa. ¿Perdóname preciosa? ¿y qué es lo que se supone que tenía que hacer yo?, me había hecho daño y no se lo podía perdonar así como así. – !Roberto!, gritaba en ese momento Elena, !nos tenemos que ir!. – !Qué oportuna es esta mujer siempre ¿eh?!. Roberto empezó a reírse y yo con cara bobalicona le dije: – ¿De qué te ríes?.- De tí boba !que me encantas!.

Claro, después de este momentazo yo esperaba que le dijera a Elena que se fuera ella solita a comer con sus padres, pero como esto solo pasa en las mejores películas estaba claro que aquí no iba a suceder. – Maca, te llamo esta noche cuando llegue a casa y quedamos ¿vale?. – Roberto….- Dime.- ¿De verdad tienes que irte ahora, no te puedes quedar conmigo?. – Maca, esto no es fácil. – Tú no lo haces fácil, no te equivoques. – Maca, siento que pienses así pero me tengo que ir, esta noche te llamo. Me dio un beso en la mejilla y se fue ¿en la mejilla? ¿donde están esos besos que nos damos como si no hubiera un mañana?, algunas lágrimas amenazaron con volver a salir por mis ojos pero no las dejé, al menos hasta que llegara a casa. Caminé lo más rápido que pude para que nadie me viera llorar y nada más subir a mi piso me puse a todo volumen la canción «Demons» de Imagine Dragons. Lloré lo que no está escrito, dramaticé todo un poco pensando en lo desgraciada que era, me tumbé en el sofá y empecé a cantar mientras lloraba, sí tengo momentos muy de película ¿pero quién no?. Mientras cantaba sonó el teléfono, eran del trabajo y me dieron una noticia que en aquel momento me venía de perlas, empezaría la semana próxima y no esa misma tarde como acordamos, así que !genial! por que con el careto que llevaba no tenía ningunas ganas de que nadie me viera. Después de colgar seguí cantando hasta que sonó el timbre !seguro que era él!, corrí hacia la puerta y al abrirla me encontré con mi hermana.

Nada más verme la cara de decepción me dijo. – ¿Y si vuelvo en otro momento?. – No, no pasa. Pero antes de que le diera tiempo a entrar la abracé con todas mis fuerzas y seguí llorando. – Maca ¿Qué pasa?. Nos sentamos en el sofá y empecé a contarle todo, desde el problema sexual hasta lo sucedido esa misma mañana. – ¿Pero como no me habías dicho nada antes?. – Por qué estaba tan contenta, pero ahora… mírame ahora. Estuvimos tanto rato hablando de hombres, amor y sexo que se nos hicieron las ocho de la noche y antes de irse me dijo mirándome a los ojos. – Maca, dale una oportunidad. Probablemente todo lo que hace es por el niño, no por ella. – Ya, pero también debería de ser más valiente. – Vale, sí tienes razón pero venga confía en él y a ver que te dice esta noche. – Si me llama claro. Pero mientras le abría la puerta para salir, me di cuenta que había alguien a punto de llamar al timbre !era Roberto!. – Hola, dijo él. – Mira Vanessa este es Roberto, Roberto ella es mi hermana. – Encantado Vanessa. – Lo mismo digo, dijo con cara de !dios que bueno está!. – Bueno corazón, esta noche o mañana te llamo y hablamos, te quiero. – Y yo a ti boba. – Hasta luego Roberto!.

Cuando mi hermana desapareció por la puerta del ascensor nos quedamos callados mirándonos durante unos segundos que parecían eternos. – Bueno señorita preciosa, ¿Me va a dejar pasar?. – Pues… empecé a titubear y antes de que dijera nada más me cogió en brazos, empezó a besarme como a nosotros nos gusta y me llevó a la cama. Allí hicimos el amor !por fin! sin Elenas, sin dilatadores,sin móviles, sin dolores… me relajé tanto, lo ansiaba tanto que me dejé llevar. Me estaba enamorando de ese hombre tan guapo a pasos agigantados y la verdad es que me gustaba a la vez que me asustaba. Por esa noche los pensamientos negativos se quedaron guardados en un cajón y disfruté como hacía mucho tiempo que no disfrutaba. Dormimos juntos y no me preocupé por nada, todo lo que necesitaba lo tenía a mi lado.

Por cierto, antes de despedirme, os dejo con la canción que os decía antes, os gustará

Besotes

Maca